5 poderosos argumentos para decirle sí a las vacunas además de salvar vidas

Aunque han pasado más de 200 años desde que se administró la primera vacuna de la historia, aún existen muchos mitos sobre su eficacia. Por ello, te compartimos cinco poderosos argumentos para decirle sí a las vacunas; inmunizarse contra diversas enfermedades es proteger a los que más amas.

¿Qué es una vacuna y para qué sirve?

Las vacunas son una herramienta biológica que brinda protección contra enfermedades específicas. De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), contienen agentes similares a un microorganismo causante de la enfermedad a tratar, los cuales están debilitados, muertos o son fragmentos de su estructura.

No, esto no quiere decir que vas a contraer la enfermedad que deseas evitar, al contrario. Una vez que se administra la vacuna, tu sistema inmune reconoce estos agentes como extraños y desarrolla inmunidad para protegerte. Así, en futuras exposiciones al agente real, el cuerpo ya está preparado para combatir eficazmente, previniendo la enfermedad.

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Las vacunas inmunizan para controlar brotes de enfermedades infecciosas que pueden evolucionar de manera acelerada. Un claro ejemplo de su eficacia es la vacuna contra el Covid-19 que no solo ha minimizado el impacto de la enfermedad, sino que también redujo la transmisión del virus, protegiendo a las poblaciones más vulnerables.

¿Cuáles son los beneficios de vacunarse?

Vacunarse es una decisión que no solo debes tomar para ti, sino también para tu familia y seres queridos. Este acto de responsabilidad colectiva ayuda a controlar y eventualmente erradicar enfermedades que puedan ser peligrosas para la salud. Aquí te comparto cinco razones para decirle sí a las vacunas:

• Protección personal: las vacunas estimulan tu sistema inmune para que produzca anticuerpos contra enfermedades específicas, haciéndote menos susceptible a enfermedades graves, hospitalizaciones y complicaciones.
• Protección comunitaria (inmunidad de rebaño): al vacunarte, no solo te proteges a ti mismo, sino que también ayudas a proteger a personas que no pueden vacunarse debido a condiciones médicas como alergias severas, problemas inmunológicos o edad. Una alta tasa de vacunación contribuye a la inmunidad colectiva, que puede reducir la prevalencia de la enfermedad en la comunidad.
• Prevención de brotes y control de enfermedades: las vacunas han sido clave para controlar y erradicar enfermedades que alguna vez fueron comunes y mortales, como la viruela. Mantener altas tasas de vacunación puede prevenir brotes de enfermedades como el sarampión y la poliomielitis.
• Reducción de costos en salud: al prevenir enfermedades, las vacunas reducen los costos asociados con el tratamiento médico, hospitalizaciones y pérdidas de productividad debido a enfermedades. La prevención mediante vacunación resulta ser mucho más económica que el tratamiento de enfermedades.
• Promoción de la salud a largo plazo: algunas vacunas pueden reducir el riesgo de enfermedades a largo plazo asociadas con ciertas infecciones. Por ejemplo, la vacuna contra el VPH (Virus del Papiloma Humano) puede prevenir varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer cervical, anal y orofaríngeo.

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Para que tengas una idea más clara, las vacunas sí salvan vidas y podrían hacer toda la diferencia en la progresión de ciertas enfermedades. Datos de la OMS estiman que las vacunas contra el sarampión, una afección que aumenta durante la primavera, evitaron más de 21 millones de muertes entre el 2000 y 2017.

Por ello, es importante vacunarte e inmunizar a tus hijos para evitar que las enfermedades causen daños graves o incluso la muerte, sobre todo en personas con sistema inmune en desarrollo, como los bebés.

¿Qué enfermedades previenen las vacunas?

Las vacunas protegen contra muchas enfermedades, entre las más comunes se encuentran las siguientes:

• Cáncer cervicouterino
• Cólera
• Difteria
• Encefalitis japonesa
• Enfermedad por el virus del Ébola
• Fiebre amarilla
• Fiebre tifoidea
• Hepatitis B
• Gripe
• Infecciones por rotavirus
• Meningitis
• Neumonía
• Paperas
• Poliomielitis
• Rabia
• Rubéola
• Sarampión
• Tétanos
• Tosferina
• Varicela

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Actualmente se siguen desarrollando otras vacunas, y algunas de ellas ya se administran experimentalmente, como el caso de las que protegen contra el virus Zika o contra el paludismo, que todavía no están disponibles en todo el mundo.

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