Tomar mucha agua te desmineraliza, ¿mito o realidad?

El agua es vida. En teoría, todos lo sabemos. No obstante, y aunque los expertos en la salud se han esforzado en promover  el consumo diario de ocho vasos. ¿Quién lo hace? Peor todavía, cómo lograr esa ingesta si alrededor del  agua simple existen creencias tales como que no tiene sabor o no aporta nada. 

“En un adulto promedio, el 60% de su composición y de su peso es agua. Además todo el tiempo estamos perdiendo a través del sudor, la saliva… básicamente por todos los procesos fisiológicos del cuerpo, y por eso es tan importante que la podamos reponer”, describe en entrevista para Salud180, Maria Fernanda Zuccolotto, Licenciada en Nutrición y Bienestar Integral por el ITESM actualmente Responsable de Asuntos de Salud y Nutricion en Grupo Danone. 

¿Cómo saber que tomas suficiente agua?

Podría resultar sencillo, es suficiente con mirar nuestra botella de agua. Sin embargo, en un país que desde la infancia se nos enseña a sustituir el agua con bebidas dulces, no resulta tan fácil. 

“La sed es el principal síntoma de deshidratación. Muchas veces creemos que la falta de agua se manifiesta cuando duele la cabeza, hay desconcentración o cansancio. Aunque en realidad, una boca seca y el deseo de tomar agua es el aviso”, indica la experta. 

La cantidad que necesitas de este vital líquido va a variar por una infinidad de factores: te encuentras más expuesta a temperaturas elevadas, realizas ejercicio, tienes alguna condición médica, por mencionar algunos. 

“El color de nuestra orina es otro indicador que nos revela si nos hace falta agua. Esta debe ser lo más transparente posible, pero en períodos largos, donde estamos dormidos es posible que se de un color más oscuro”.

¿Tomar mucha agua te desmineraliza?

“Lo ideal es tomar dos litros de agua. Sin embargo, dependiendo de la marca de agua aportará una diversidad de minerales, los cuales son indispensables porque ayudan a las células del cuerpo a retener los líquidos”,  Zuccolotto.

El agua también ayuda a eliminar lo que el organismo no necesita, y lo consigue por medio de los riñones. Por lo que resulta, si trabajan correctamente, que exista un exceso de líquido, pero sí hay una aumento en las ganas de ir al baño. 

Ojo, la ingesta compulsiva de agua puede ser señal de una afección llamada hiperhidratación, también llamada potomanía; una obsesión con una sensación constante de sed, describe la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportiva.

Minerales en el agua

Para ir empezando a romper mitos. Nos referimos a que el “agua no tiene nada” en relación a las calorías y nutrimientos. Sin embargo, tienen calcio, sodio, cloruro, magnesio o flúor.

Sí, el agua tiene sabor. El factor que hace que cambie, al igual que los minerales que posee, es su origen: manantial, pozo o acuífero.  

“Para beber mayor cantidad de agua, el tip más sencillo es tener a la mano siempre una botella o vaso”, revela la experta. 

¡Sí, el agua es vida!